lunes, 24 de agosto de 2009

RESUMEN DOCUMENTO DE APARECIDA GUIA DE ESTUDIO TERCER BIMESTRE 2009

1. Los obispos reunidos en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe quieren impulsar, con el acontecimiento celebrado junto a Nuestra Señora Aparecida en el espíritu de “un nuevo Pentecostés”, y con el documento final que resume las conclusiones de su diálogo, una renovación de la acción de la Iglesia. Todos sus miembros están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en Él. En la senda abierta por el Concilio Vaticano II y en continuidad creativa con las anteriores Conferencias de Río de Janeiro, 1955; Medellín, 1968; Puebla, 1979; y Santo Domingo, 1992, han reflexionado sobre el tema Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6), y han procurado trazar en comunión líneas comunes para proseguir la nueva evangelización a nivel regional.
2. Ellos expresan, junto con el Papa Benedicto XVI, que el patrimonio más valioso de la cultura de nuestros pueblos es “la fe en Dios Amor”. Reconocen con humildad las luces y las sombras que hay en la vida cristiana y en la tarea eclesial. Quieren iniciar una nueva etapa pastoral, en las actuales circunstancias históricas, marcada por un fuerte ardor apostólico y un mayor compromiso misionero para proponer el Evangelio de Cristo como camino a la verdadera vida que Dios brinda a los hombres. En diálogo con todos los cristianos y al servicio de todos los hombres, asumen “la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este Continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo” (Benedicto XVI, Discurso Inaugural, 3).
Se han propuesto renovar las comunidades eclesiales y estructuras pastorales para encontrar los cauces de la transmisión de la fe en Cristo como fuente de una vida plena y digna para todos, para que la fe, la esperanza y el amor renueven la existencia de las personas y transformen las culturas de los pueblos.
3. En ese contexto y con ese espíritu ofrecen sus conclusiones abiertas en el Documento final. El texto tiene tres grandes partes que sigue el método de reflexión teológico-pastoral “ver, juzgar y actuar”. Así se mira la realidad con ojos iluminados por la fe y un corazón lleno de amor, proclama con alegría el Evangelio de Jesucristo para iluminar la meta y el camino de la vida humana, y busca, mediante un discernimiento comunitario abierto al soplo del Espíritu Santo, líneas comunes de una acción realmente misionera, que ponga a todo el Pueblo de Dios en un estado permanente de misión. Ese esquema tripartito está hilvanado por un hilo conductor en torno a la vida, en especial la Vida en Cristo, y está recorrido transversalmente por las palabras de Jesús, el Buen Pastor: “Yo he venido para que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10).
4. La primera parte se titula La vida de nuestros pueblos. Allí se considera, brevemente, al sujeto que mira la realidad y que bendice a Dios por todos los dones recibidos, en especial, por la gracia de la fe que lo hace seguidor de Jesús y por el gozo de participar en la misión eclesial. Ese capítulo primero, que tiene el tono de un himno de alabanza y acción de gracias, se denomina Los discípulos misioneros. Inmediatamente sigue el capítulo segundo, el más largo de esta parte, titulado Mirada de los discípulos misioneros hacia la realidad. Con una mirada teologal y pastoral considera, con cierto detenimiento, los grandes cambios que están sucediendo en nuestro continente y en el mundo, y que interpelan a la evangelización. Se analizan varios procesos históricos complejos y en curso en los niveles sociocultural, económico, sociopolítico, étnico y ecológico, y se disciernen grandes desafíos como la globalización, la injusticia estructural, la crisis en la trasmisión de la fe y otros. Allí se plantean muchas realidades que afectan la vida cotidiana de nuestros pueblos. En ese contexto, considera la difícil situación de nuestra Iglesia en esta hora de desafíos, haciendo un balance de signos positivos y negativos.
5. La segunda parte, a partir de la mirada al hoy de América Latina y El Caribe, ingresa en el núcleo del tema. Su título es La Vida de Jesucristo en los discípulos misioneros. Indica la belleza de la fe en Jesucristo como fuente de Vida para los hombres y mujeres que se unen a Él y recorren el camino del discipulado misionero. Aquí, tomando como eje la Vida que Cristo nos ha traído, se tratan, en cuatro capítulos sucesivos, grandes dimensiones interrelacionadas que conciernen a los cristianos en cuanto discípulos misioneros de Cristo: la alegría de ser llamados a anunciar el Evangelio, con todas sus repercusiones como “buena noticia” en la persona y en la sociedad (capítulo tercero); la vocación a la santidad que hemos recibido los que seguimos a Jesús, al ser configurados con Él y estar animados por el Espíritu Santo (capítulo cuarto); la comunión de todo el Pueblo de Dios y de todos en el Pueblo de Dios, contemplando desde la perspectiva discipular y misionera los distintos miembros de la Iglesia con sus vocaciones específicas, y el diálogo ecuménico, el vínculo con el judaísmo y el diálogo interreligioso (capítulo cinco); por fin, se plantea un itinerario para los discípulos misioneros que considera la riqueza espiritual de la piedad popular católica, una espiritualidad trinitaria, cristocéntrica y mariana de estilo comunitario y misionero, y variados procesos formativos, con sus criterios y sus lugares según los diversos fieles cristianos, prestando especial atención a la iniciación cristiana, la catequesis permanente y la formación pastoral (capítulo sexto). Aquí está una de las novedades del Documento que busca revitalizar la vida de los bautizados para que permanezcan y avancen en el seguimiento de Jesús.
6. La tercera parte ingresa plenamente en la misión actual de la Iglesia latinoamericana y caribeña. Conforme al tema se la formula con el título La vida de Jesucristo para nuestros pueblos. Sin perder el discernimiento de la realidad ni los fundamentos teológicos, aquí se consideran las principales acciones pastorales con un dinamismo misionero. En un núcleo decisivo del Documento se presenta La misión de los discípulos misioneros al servicio de la vida plena, considerando la Vida nueva que Cristo nos comunica en el discipulado y nos llama a comunicar en la misión, porque el discipulado y la misión son como las dos caras de una misma medalla. Aquí se desarrolla una gran opción de la Conferencia: convertir a la Iglesia en una comunidad más misionera. Con este fin se fomenta la conversión pastoral y la renovación misionera de las iglesias particulares, las comunidades eclesiales y los organismos pastorales. Aquí se impulsa una misión continental que tendría por agentes a las diócesis y a los episcopados (capítulo siete). Luego se analizan algunos ámbitos y algunas prioridades que se quieren impulsar en la misión de los discípulos entre nuestros pueblos al alba del tercer milenio. En El Reino de Dios y la promoción de la dignidad humana se confirma la opción preferencial por los pobres y excluidos que se remonta a Medellín, a partir del hecho de que en Cristo Dios se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, se reconocen nuevos rostros de los pobres (vg., los desempleados, migrantes, abandonados, enfermos, y otros) y se promueve la justicia y la solidaridad internacional (capítulo ocho). Bajo el título Familia, personas y vida, a partir del anuncio de la Buena Noticia de la dignidad infinita de todo ser humano, creado a imagen de Dios y recreado como hijo de Dios, se promueve una cultura del amor en el matrimonio y en la familia, y una cultura del respeto a la vida en la sociedad; al mismo tiempo se desea acompañar pastoralmente a las personas en sus diversas condiciones de niños, jóvenes y adultos mayores, de mujeres y varones, y se fomenta el cuidado del medio ambiente como casa común (capítulo nueve).
En el último capítulo, titulado Nuestros pueblos y la cultura, continuando y actualizando las opciones de Puebla y de Santo Domingo por la evangelización de la cultura y la evangelización inculturada, se tratan los desafíos pastorales de la educación y la comunicación, los nuevos areópagos y los centros de decisión, la pastoral de las grandes ciudades, la presencia de cristianos en la vida pública, especialmente el compromiso político de los laicos por una ciudadanía plena en la sociedad democrática, la solidaridad con los pueblos indígenas y afrodescendientes, y una acción evangelizadora que señale caminos de reconciliación, fraternidad e integración entre nuestros pueblos, para formar una comunidad regional de naciones en América Latina y El Caribe (capítulo diez).
7. Con un tono evangélico y pastoral, un lenguaje directo y propositivo, un espíritu in-terpelante y alentador, un entusiasmo misionero y esperanzado, una búsqueda creativa y realista, el Documento quiere renovar en todos los miembros de la Iglesia, convocados a ser discípulos misioneros de Cristo, “la dulce y confortadora alegría de evangelizar” (EN 80). Llevando las naves y echando las redes mar adentro, desea comunicar el amor del Padre que está en el cielo y la alegría de ser cristianos a todos los bautizados y bau-tizadas, para que proclamen con audacia a Jesucristo al servicio de una vida en plenitud para nuestros pueblos. Con las palabras de los discípulos de Emaús y con la plegaria del Papa en su Discurso inaugural, el Documento concluye con una oración dirigida a Jesu-cristo: “Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado” (Lc 24,29).
8. Con todos los miembros del Pueblo de Dios que peregrina por América Latina y El Caribe, los discípulos misioneros encuentran la ternura del amor de Dios reflejada en el rostro de la Virgen María. Nuestra Madre querida, desde el santuario de Guadalupe, hace sentir a sus hijos más pequeños que están cobijados por su manto, y desde aquí, en Aparecida, nos invita a echar las redes para acercar a todos a su Hijo, Jesús, porque Él es “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6), sólo Él tiene “palabras de Vida eterna” (Jn 6,68) y Él vino para que todos “tengan Vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10).
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miércoles, 19 de agosto de 2009

PERIODICO SANTO DOMINGO ACTIVIDAD EXTRACLASE

Objetivo
Los estudiantes identificarán las partes de un periódico, las características principales de la información que allí se da y las pautas necesarias para redactar una noticia con respecto al texto de Santo Domingo..
Competencias a desarrollar

Profundizar la conferencia de Santo Domingo.
Identificar las principales secciones de los periódicos.
Determinar el propósito de cada sección del periódico.
Analizar las características de cada sección.
Producir noticias y artículos periodísticos.
INDICACIONES:
A partir de una breve investigación por parte de los alumnos sobre Santo Domingo, la clase se reunirá en grupos de dos personas para analizar y discutir las partes del periódico, basados en sus observaciones a un diario nacional. Luego analizarán e identificarán las noticias y los elementos que la caracterizan, para finalmente redactar unas noticias acerca de sucesos de Santo Domingo , como evento cultural, información institucional, entre otros.
Materiales
/ hojas / colores / marcadores / Documento de Santo Domingo.
Desarrollo
Como ejercicio previo a la actividad, los estudiantes investigaran acerca de las partes que pueden componer su periódico, realice una puesta en común sobre esta información, teniendo en cuenta las siguientes cuestiones:
¿Por qué se creó Santo Domingo?
¿En qué época se inició?
¿Cómo se fueron las primeras conferencias?
¿Qué información traían?
¿Qué funciones tienen las conferencias?
Por parejas, elaboran un periódico de circulación nacional.

Palabras claves
Periódico.
Que se publica con determinados intervalos de tiempo.
Sección. En los medios de comunicación, espacio que se reserva para un tema determinado. Sección de deportes, de economía, etc .
Entrevista. Acción y efecto de entrevistar o entrevistarse. Mantener una conversación con una o varias personas acerca de ciertos extremos, para informar al público de sus respuestas.
Reportaje. Trabajo periodístico, cinematográfico, etc., de carácter informativo.
Noticia. Contenido de una comunicación antes desconocida. Hecho divulgado.

Entregarlo en las clases respectivas de Educación Religiosa.

martes, 4 de agosto de 2009

GUIA ESTUDIO SANTO DOMINGO

IV CONFERENCIA GENERAL - Santo Domingo (1992)
• Convocada por Papa Juan Pablo II
• El contexto histórico es la celebración de los 500 años del inicio de la evangelización
Tema: “Nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana. Jesucristo ayer, hoy y siempre”
METODOLOGIA
–Se desarrolló una amplia etapa de consultas
–Varias conferencias Episcopales realizaron una activa preparación con amplia participación. Hubo aportes significativos.
–También se prepararon un Documento de Consulta y un Documento de Trabajo
–En la reunión se presentaron ponencias por parte de expertos nombrados por el Vaticano
–Después de un debate se estableció elaborar un documento de Conclusiones.
–A diferencia de Puebla, no hubo una campaña de difusión de las conclusiones.
CAMBIOS EN LA REALIDAD DEL CONTINENTE:
LO QUE NO HA CAMBIADO: LA INJUSTICIA SOCIAL
LO AGRAVANTE Y NUEVO: GLOBALIZACIÓN - LA TÉCNICA – LA ECONOMÍA – LA POLÍTICA – LO SOCIAL - LO CULTURAL – LA EDUCACIÓN – LOS MCS

1. La nueva evangelización
1.1. La iglesia convocada a la santidad
1.2. Comunidades eclesiales vivas y dinámicas
1.3. En la unidad del Espíritu y con diversidad de ministerios y carismas
1.4. Para anunciar el reino a todos los pueblos
2. La promoción humana
2.1. La promoción humana, una dimensión privilegiada de la nueva evangelización
2.2. Los nuevos signos de los tiempos en el campo de la promoción humana
2.3. La familia y la vida: desafíos de especial urgencia en la promoción humana
3. La cultura cristiana
3.1. Valores culturales: Cristo, medida de nuestra conducta moral
3.2. Unidad y pluralidad de las culturas indígenas, afro americanas y mestizas
3.3 Nueva cultura
3.4. La acción educativa de la Iglesia
3.5. Comunicación social y cultura

1. La nueva evangelización
El sujeto de la nueva evangelización es toda la comunidad eclesial: los obispos en comunión con el papa, los presbíteros y diáconos, los religiosos y las religiosas, todos los laicos. Esta nueva evangelización tiene como finalidad formar hombres y comunidades maduras en la fe, y dar respuesta a la nueva situación actual, provocada por los cambios sociales, económicos, políticos y culturales. Además tiene la tarea de suscitar la adhesión personal a Jesucristo y a la Iglesia de tantos bautizados que viven apáticamente el cristianismo.
1.1 La Iglesia convocada a la santidad
La Iglesia es llamada a la santidad por la presencia en ella de Cristo, que la santifica con su Espíritu. Su oficio principal es predicar el Evangelio, con el Kerygma y las catequesis. La Iglesia encuentra el sentido de su convocación mediante la vida de oración, la acción de gracias y el ejercicio de la liturgia.
1. 2 Comunidades eclesiales vivas y dinámicas
La Iglesia particular, que prolonga la presencia y la acción evangelizadora de Cristo, está llamada a vivir el dinamismo de comunión-misión en las parroquias. La parroquia, comunidad de comunidades y movimientos, anima y orienta la comunión, la participación y misión de los fieles, porque es una comunidad orgánica, eucarística y misionera a la vez. Tarea principal de la parroquia es evangelizar, celebrar la liturgia, impulsar la promoción humana, fomentar la enculturación de la fe. Expresión de esta realidad son las comunidades eclesiales de base, células vivas formadas por laicos que están llamados a vivir como comunidad de fe, culto y amor.
1.3 En la unidad del Espíritu y con diversidad de dones y carismas
Es por la acción del Espíritu Santo que todos los bautizados participan de las riquezas de gracia que les regala el Señor Jesús. Es El que lleva a todos los cristianos a construir la unidad de la Iglesia desde distintos carismas y ministerios que se actualizan a través del servicio.
El ministerio de los obispos, presbíteros y diáconos es esencial en el anuncio de la palabra, en la celebración de los sacramentos y en la conducción pastoral. La vida de los consagrados, como don del Espíritu Santo, también pertenece a la vida íntima y a la santidad de la Iglesia. Están llamados a vivir fielmente los consejos evangélicos, a participar del misterio de Cristo, a irradiar los valores del Reino de Dios y a interpelar, con su vida, al mundo actual.
Los laicos son llamados por Cristo para ser agentes y destinatarios de la Buena Noticia de la salvación; como consecuencia de su bautismo, los fieles están injertados en Cristo y son llamados a vivir el triple oficio sacerdotal, profético y real, y a tener presente su perfeccionamiento espiritual y su vocación a la santidad. Los movimientos y asociaciones eclesiales, impulsados por el Espíritu Santo, son la respuesta a las situaciones de secularismo, ateísmo e indiferencia religiosa.
1.4 Para anunciar el Reino a todos los pueblos
Es Cristo que nos revela al Padre y nos introduce en el misterio de la vida trinitaria por el Espíritu. Todo pasa por Cristo, que se hace camino, verdad y vida. Por el bautismo recibimos la filiación divina, y hechos todos hijos de Dios, todos los pueblos de América latina hemos sido hechos también hermanos entre nosotros. En Él todos tenemos la liberación del pecado, de la muerte y de la esclavitud. Él da la vida en plenitud para que la Iglesia a su vez, la comunique a todos los hombres y a todos los pueblos, sin diferencia de razas, naciones o situaciones económicas.

2. La promoción humana
La doctrina social de la Iglesia es la enseñanza del magisterio en materia social y contiene principios, criterios y orientaciones para la actuación del creyente en la tarea de transformar el mundo según el proyecto de Dios. Con el mensaje evangélico la Iglesia ofrece una fuerza liberadora y promotora del desarrollo precisamente porque lleva a la conversión del corazón v de la mentalidad.
2.1 La promoción humana, una dimensión privilegiada de la nueva evangelización
Nuestra fe en el Dios de Jesucristo y el amor a los hermanos tiene que traducirse en obras concretas. El seguimiento de Cristo significa comprometerse a vivir según su estilo. La falta de coherencia entre la fe que se profesa y la vida cotidiana es una de las causas que generan pobreza, porque los cristianos no) han sabido encontrar en la fe la fuerza necesaria para enfrentarse a los desafíos ideológicos, políticos y económicos.
2.2 Los nuevos signos de los tiempos en el campo de la promoción humana
Derechos humanos. Cristo es la fuente que garantiza la dignidad de la persona humana y de sus derechos. Toda violencia de los derechos humanos contradice el Plan de Dios y es pecado. La Iglesia al proclamar el evangelio, raíz profunda de los derechos del hombre, no se arroga una tarea ajena a su misión, sino, por el contrario, obedece al mandato de Jesucristo que hace de la ayuda al necesitado una exigencia esencial de su misión evangelizadora.
Ecología. La creación es obra de la Palabra de Dios y de la presencia del Espíritu que aleteaba sobre todo lo creado. Esta fue la primera alianza de Dios con nosotros. Cuando el ser humano, llamado a entrar en esta alianza de amor, se niega, el pecado del hombre afecta su relación con Dios y al mismo tiempo con toda la creación.
La tierra: don de Dios. La tierra es el primer signo de la Alianza de Dios con el hombre, ya que Dios, al crear a Adán lo colocó en el jardín de Edén para que lo labrara y lo cuidara como administrador y no como dueño. Los límites en el uso de la tierra miran a preservar la justicia y el derecho que todos tienen a acceder a los bienes de la creación, que Dios destinó al servicio de todo hombre que viene a este mundo.
Empobrecimiento y solidaridad. Cristo siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza. Esta es la invitación que él nos hace para que los cristianos podamos dar testimonio auténtico de pobreza evangélica en nuestra vida, y en nuestras estructuras eclesiales. Descubrir el rostro del Señor en los rostros sufrientes de los pobres y marginados es algo que desafía a todos los cristianos a una profunda conversión personal y eclesial.
Trabajo. El trabajo tiene su origen en la vocación co-creadora del hombre como imagen de Dios; y ha recibido su dignificación en Jesús, trabajador e hijo de carpintero. La Iglesia como depositaria y servidora del mensaje de Jesús, ha visto siempre al hombre como sujeto que dignifica el trabajo, realizándose a su mismo y perfeccionando la obra de Dios, para hacer de ella una alabanza al Creador y un servicio a los hermanos.
Orden democrático. Jesucristo, como) enviado) del Padre, vino a anunciar la Buena Noticia y a instaurar el Reino de Dios. Mediante la conversión los hombres pueden lograr una nueva vida según Dios, y un nuevo tipo cíe convivencia y relación social. La Iglesia respeta la legítima autonomía del orden temporal y no tiene un modelo específico de régimen político; fiel a la misión que le otorgó su fundador, ayuda en la construcción de una sociedad donde primen los valores evangélicos.
Nuevo orden económico. La Iglesia es consciente del nuevo orden económico que se está gestando a nivel mundial y que está afectando mucho a América latina. Juan Pablo) II en la "Centesimus Annus" dice que es lícita la libre actividad de los individuos en el mercado, aunque debe tener en cuenta sus límites. Toda la sociedad está llamada a promover el valor de la persona, la honradez, el respeto a la vida y a la justicia por los más pobres y necesitados. Juan Pablo II afirma que es absolutamente necesario encontrar las fórmulas para reducir, dilacionar o extinguir la deuda externa de nuestros países, favoreciendo el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al progreso.
2.3 La familia y la vida: desafíos de especial urgencia en la promoción humana
La Iglesia sabe que el futuro de ha humanidad se fragua en ha familia. Eh matrimonio y la familia en el proyecto original de Dios son instituciones de origen divino, y no son producto de ha voluntad humana. El hombre y ha mujer, siendo imagen y semejanza de Dios, que es amor, son llamados a vivir en el matrimonio eh misterio de la comunión y relación trinitaria.
En el plan de Dios creador y redentor ha familia descubre no sólo su identidad sino también su misión: custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida, a través de cuatro cometidos fundamentales:
a) La misión de ha familia es vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas que se caracteriza por ha unidad y la indisolubilidad.
b) Ser "como el santuario de la vida", servidora de ha vida, ya que eh derecho a ha vida es la base de todos los derechos humanos. Este servicio no se reduce a ha sola procreación, sino que es ayuda eficaz para la transmisión y educación de los valores cristianos y humanos.
c) Ser "célula primera y vital de la sociedad". Por su naturaleza y vocación la familia debe ser promotora del desarrollo, protagonista de una auténtica política familiar.
d) Ser " Iglesia doméstica" que acoge, vive, celebra y anuncia la palabra de Dios, el santuario donde se edifica la santidad y desde donde la Iglesia y el mundo pueden ser santificados.

3. La cultura cristiana
La cultura nace con el mandato inicial de Dios a los seres humanos: creced y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla (Gn 1,28-30). Cuando el Verbo se hizo carne, asumió toda la realidad humana, excepto el pecado; por esta encarnación eh Hijo de Dios entra también en la cultura, y viene a ser así la medida de todos los aspectos humanos, incluyendo todos los valores y expresiones culturales.
Se puede hablar de cultura cristiana, dice Juan Pablo II, cuando la vida de un pueblo ha sido penetrada interiormente hasta situar el mensaje evangélico en la base de su pensar, en sus principios (he vida, en sus criterios de juicio, en sus normas de acción.
Por medio de la enculturación la Iglesia encarna eh evangelio en las diversas culturas, e introduce a los pueblos con sus culturas en su misma comunidad; transmite a las mismas culturas sus propios valores, asumiendo lo que hay de bueno en ellas y renovándolas desde dentro. La tarea de enculturación de la fe es propia de las Iglesias particulares bajó la dirección de sus pastores, con ha participación de todo el pueblo de Dios.

3.1 Valores culturales: Cristo, medida de nuestra conducta moral.
La moral cristiana sólo se entiende dentro de la Iglesia y se plenifica en la eucaristía. El cristiano es consciente que debe caminar hacia y con Cristo para realizar ha moral cristiana. Esta es ha forma de vida del creyente, que con la gracia sacramental vive la alegría de la salvación y abunda en frutos de caridad para ha vida del mundo. Consciente de la necesidad de seguir a Cristo, el cristiano se empeña en la formación de la propia conciencia. De esta formación, tanto individual como colectiva, de la madurez de mentalidad, de su sentido de responsabilidad y de la pureza de las costumbres depende el desarrollo y la riqueza de los pueblos.

3.2 Unidad y pluralidad de las culturas indígenas, afro americanas y mestizas
La analogía entre la encarnación y la presencia cristiana en el contexto socio-cultural e histórico de los pueblos nos lleva al planteamiento teológico de la enculturación; la cual es un proceso conducido desde eh evangelio hasta el interior de cada pueblo y comunidad. La Iglesia defiende los auténticos valores culturales de todos los pueblos, especialmente de los oprimidos, indefensos y marginados, ante la fuerza arrolladora de las estructuras de pecado manifiestas en la sociedad moderna.
3.3 Nueva cultura
América latina está profundamente marcada por la cultura occidental. El impacto que ha producido la cultura moderna con sus valores y contravalores: la centralidad del hombre; la absolutización de la razón, el olvido de Dios, relegado a un problema de conciencia personal, ha llevado a desafiar la evangelización de la cultura. La Iglesia es consciente de esta realidad, y mediante el nuevo anuncio del evangelio, vuelve a proponer al hombre moderno la necesidad de un camino hacia la evangelización de la cultura.
3.4 La acción educativa de la Iglesia
Así cómo la educación es la asimilación de la cultura, así la educación cristiana es la asimilación de la cultura cristiana; es la enculturación del evangelio en la propia cultura. La educación cristiana se funda en una verdadera antropología cristiana, que significa la apertura del hombre hacia Dios como Creador y Padre; apertura hacia los demás como a sus propios hermanos; y apertura hacia la naturaleza como obra de Dios. En la situación actual encontramos una pluralidad de valores que nos interpelan, y que son ambivalentes. Surge la necesidad de confrontar los nuevos valores educativos con Cristo revelador (leí misterio del hombre; si estos valores están ordenados a Cristo como su fundamento y término, entonces se puede hablar de una verdadera educación cristiana; de otra manera puede hablar de Cristo, sin embargó no es cristiana.
3.5 Comunicación social y cultura
La evangelización, anuncio del Reino, es comunicación. Cada persona y cada grupo humano desarrolla su identidad en el encuentro con otros. Esta comunicación es el camino necesario para llegar a la comunión. Dios, el totalmente otro, se ha revelado en Cristo, Palabra eterna, el cual sale al encuentro del hombre, y de él espera una respuesta libre. Este encuentro con el Verbo encarnado es crecimiento, es camino a la santidad. Así se da una relación íntima entre evangelización, promoción humana y cultura, fundada en la comunicación. La Iglesia sabe que hoy nos encontramos en la nueva cultura de la imagen, y que el mensaje evangélico debe inculturarse en esta cultura, y llegar así a hacerla expresiva de Cristo, la máxima comunicación.
Bibliografía: CELAM. SANTO DOMINGO 1992.
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